El Refugio ofrece un espacio diseñado para que artistas, diseñadores y creadores desarrollen sus proyectos en un entorno que fomenta tanto la introspección como el intercambio. Actualmente, cuenta con un área independiente para pernoctar, equipada con baño privado y un espacio de trabajo de aproximadamente 100 m2. Las áreas comunes incluyen el galpón, un amplio salón con terraza donde se integra la cocina/ bar, además de jardines con zonas de trabajo al aire libre, permitiendo a los residentes conectar su proceso creativo con el paisaje.
En los próximos meses, el Refugio ampliará sus instalaciones con una cocina exterior equipada con horno de barro y parrilla, además de tres habitaciones adicionales que podrán albergar a una persona, una pareja o pequeños grupos. También contará con un segundo taller de trabajo para diversas actividades, consolidando su infraestructura como un espacio versátil donde la creación se da en armonía con el entorno y las dinámicas de cada residente.
Nos alegra que tengas interés, para poder conocerte mejor te invitamos a completar este formulario. Allí podrás contarnos sobre tu proyecto, tus intereses y qué te motiva a residir con nosotros. La información que compartas será tratada con respeto y confidencialidad. Es fundamental para valorar cómo esta experiencia puede acompañar tu proceso creativo.
Si necesitas ayuda o tienes alguna consulta, no dudes en escribirnos. Estamos disponibles para acompañarte en este proceso.
Diseñadora gráfica, ilustradora, serigrafista y artista de nuevos medios (Polonia, 1978)
El tiempo pasado en el Refugio fue mágico y extraordinario. Es un lugar fantástico, lleno de inspiración, que estimula la imaginación creativa y permite la realización de visiones artísticas. Además, está lleno de encuentros con artistas inspiradores, en una atmósfera y energía tan especiales que su creador, Sergio Vega, cuida con esmero.
¡Una experiencia que valió cada segundo! Una semana en El Refugio, La Paz, Bolivia. Kaja y yo, junto a más de 40 estudiantes de diseño gráfico y un gran anfitrión, exploramos ideas y creamos carteles bajo un cielo estrellado infinito, rodeado de montañas. Entre tinta, tipografía, risas, cactáceas, el sonido del silencio y dos compañeros de cuatro patas, la creatividad fluyó como el viento andino.
Durante mi residencia en el Refugio, encontré un espacio perfecto para pintar y desarrollar dos exposiciones en curso. En el taller de Sergio preparé mi próxima exposición en Kiosko-Santa Cruz, tras instalar las piezas de la muestra en el Museo Paredes Candia de El Alto. El Refugio, rodeado de montañas, ofrece tranquilidad y enfoque. La casa, cómoda y acogedora, acompañada de perros simpáticos y una gata cariñosa, inspira y permite conectar profundamente con la naturaleza.
El Refugio fue un espacio de enfoque y sanación, donde me desconecté del ruido y me sumergí en la naturaleza. A través de un Panchakarma (detox ayurvédico) que, casualmente, realicé al mismo tiempo que mi residencia allí, experimenté una limpieza profunda. Redescubrí la acuarela, escribí, leí y avancé en la preproducción de mi próxima película. Entre la lluvia y el silencio, encontré una reconexión creativa muy fuerte y personal, que siempre agradeceré al hacer del Refugio.